No ha tenido mucha suerte Valentino Rossi con su ‘reencuentro’ con la Yamaha. Ayer no pudo prácticamente rodar en Cheste debido a la lluvia y mientras esta tarde la pista en Valencia se secaba y la segunda jornada de test se podía realizar con cierta normalidad, en Aragón, a donde se movió el equipo Yamaha para poder entrenar hoy, ha llovido, por lo que ni Rossi, ni Jorge Lorenzo, han podido entrenar con la M1 con chasis 2013.


“Hemos venido aquí porque debía hacer buen tiempo, pero no ha sido así, mientras que en Valencia dicen que han podido rodar sobre seco. Parece una broma de mal gusto”, ha explicado un contrariado Rossi, aunque con una sonrisa permanente en su boca desde que volvió a Yamaha.

“He notado buenísimas sensaciones, ya desde el lunes, es muy bonito regresar a un equipo como este, donde me he reencontrado con tantos amigos y personas con las que trabajé durante siete años. Diría que estamos todos contentos”, ha comentado el piloto italiano esta tarde, tras comprobar que ya no iba a poder rodar más hoy con la M1.

Las sensaciones de Valentino no pueden ser mejores, “tengo la sensación como si nunca me hubiera ido de Yamaha”, asegura, pese a que ha estado estos dos últimos años en Ducati.

Además del equipo, con el que se reencontró el lunes, Valentino se volvió a subir a la M1 ayer en Valencia, una moto que fue suya durante muchos años. “Es un poco diferente respecto a la de hace dos años. Es lógico, por el motor de 1000cc pero por lo que hace referencia al resto no ha cambiado mucho, y con la M1 siempre me he encontrado bien.

Valentino se ha lamentado de no haber podido rodar estos dos días todo lo que le hubiera gustado. “Hubiera sido muy importante rodar con la moto para coger confianza, hacer kilómetros y decidir dos o tres cosas para la moto del año próximo. Irme con las ideas un poco más claras. Sin embargo no hemos prácticamente podido hacer nada, nos hemos quedado con las ganas de rodar. Nos tocará esperar a los test de febrero, en Malasia”.

Aunque finalmente no se ruede mañana aquí, el ‘doctor’ asegura que “no estoy preocupado, digamos que sólo un poco triste. Sólo pude dar un par de vueltas en mojado ayer en Valencia para entender la moto, y las sensaciones fueron buenas, nos fue bastante bien. Es una pena, tenemos que esperar hasta febrero, así que el debut lo dejamos pospuesto”.

A la espera de que la pista se secara, cosa que no ha sucedido, por la mañana Valentino ha trabajado en el box con su equipo para repasar la telemetría de la temporada que ha concluido y comenzar a entender la M1 de 1000cc, y además ha mantenido una conversación con su nuevo compañero, el campeón del mundo Jorge Lorenzo. “Hoy he hablado con Jorge, porque ayer no tuvimos tiempo de hacerlo. Ha sido muy amable y ha hecho los honores de anfitrión, nos hemos dicho muchas cosas”, de las cuales el ‘doctor’ no ha querido desvelar ni media palabra.

Para Valentino termina la temporada y dos años de sufrimientos con la Ducati, con unas merecidas vacaciones invernales hasta febrero, aunque antes de irse a una cálida isla del Pacífico a descansar, el ‘doctor’ tiene un par de compromisos que quiere cumplir. “En un par de semanas correremos el Rally de Monza con un Ford WRC, será divertido competir con Lorenzo y Dovizioso”, asegura. “También estoy intentando estar en la Latina el 2 de diciembre, para la carrera de Supermotard para la Fundación Simoncelli. Ya he hablado con Paolo (el padre de Marco), habrá muchos pilotos y será muy bonito correr esa carrera”.

fuente: motocuatro