El Gran Premio de Valencia será el más largo de la historia. Con los tres títulos decididos, los pilotos competirán sin presión para adjudicarse la última carrera del año. Stoner quiere despedirse del negocio con una victoria. Pedrosa es el rey de Cheste, su circuito talismán. Y Lorenzo, sin pensar en puntos, se la jugará por ganar con la corona encima. Pero hay dos hombres que acechan a Jorge y a Dani. Valentino y Márquez. Ambos comienzan el martes el siguiente Mundial. Tendrán dos días para empezar a enseñar los dientes de su futuro mordisco al campeonato. Uno será el novato. Otro, el veterano con zapatitos nuevos: Yamaha.

Rossi volverá a subirse a la Yamaha tras dos años de divorcio, por culpa de su amor malentendido con Ducati. Ha fracasado en la escudería italiana y ahora intentará recuperar el tiempo perdido en el equipo japonés. 

VR46 fue quien creó la Yamaha ganadora desde 2004 y desea demostrar que todavía es competitivo. Ha firmado por dos años con Yamaha bajo la premisa de retornar a los triunfos, a los podios, al protagonismo. Y se tomará los entrenamientos del martes y del miércoles como un examen final. Desea dejar claro que no está viejo y que con una máquina de primer nivel él también será, de nuevo, el piloto de alto nivel.

Márquez persigue el mismo objetivo desde un mirador distinto. Debuta en la cilindrada reina. Muchos le señalan como un favorito en la sombra. El niño va de humilde. La verdad es que pretende ser de los mejores desde la primera vuelta. Estará arriba. Quiere demostrarlo. No se cortará. Se convertirá desde el martes en uno de los cuatro aspirantes a la corona 2013, aunque a él no le guste escuchar eso.

fuente: abc